Pep Guardiola. (Foto: EFE)

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Pep Guardiola se marcha. Al famoso entrenador le quedan pocos meses para cumplir varias de las expectativas que generó al llegar a Alemania. DW analiza qué retos tiene pendientes el entrenador del Bayern Múnich .

El fútbol que practica actualmente el Bayern Múnich se ajusta a uno de los modelos más progresistas e interesantes del concierto internacional, donde hay muy pocos equipos a su altura.

En el club bávaro destaca como característica principal la existencia de una idea de juego muy propia, que es a la vez novedosa y ha sido asimilada por sus futbolistas a la perfección.

Ese es el fruto del trabajo de Pep Guardiola, cuyo paso por el Bayern Múnich podría calificarse como un absoluto éxito si solo se evaluara la identidad futbolística que le dio al equipo. Pero cuando el club alemán contrató al famoso entrenador catalán, tanto la directiva como la afición bávara confiaban en alcanzar de su mano otras metas igual de importantes que dos años y medio después de su llegada aún no se cumplen.

¿Y la regencia internacional?

El Bayern Múnich de Pep Guardiola no se cansa de romper en Alemania un récord tras otro, y de ejercer un dominio apabullante sobre sus rivales en la Bundesliga. Esto, sin embargo, responde a las expectativas normales de un club que en el siglo XXI acumula 10 títulos nacionales, de los cuales solo dos van a la cuenta del afamado entrenador.

El balance local de Pep Guardiola podría incluso calificarse de pobre cuando se aprecia que solo ha ganado una Copa Alemana, y que ha sido derrotado en las dos Supercopas que ha disputado, pero la realidad es que la evaluación en la que sale peor librado es la correspondiente a su desempeño internacional, el que en Múnich confiaban mejorar con él.

Si se contempla el deseo del Bayern Múnich de trasladar el dominio que ejerce en la Bundesliga al escenario internacional, y la esperanza de hacer este sueño realidad guiado por Pep Guardiola, la asignatura se ha reprobado.

El antecesor de Guardiola, Jupp Heynckes, llevó al equipo alemán a dos finales consecutivas de la Champions League y una de ellas la ganó. Mientras tanto para el español, en igual número de oportunidades seguidas, el camino terminó en semifinales.

Aún más interesante resulta observar que los rivales en las dos semifinales que disputaron Heynckes y Guardiola fueron los mismos: en la primera oportunidad Real Madrid, en la segunda Barcelona. El español perdió ambas, el alemán las ganó.

Además, los triunfos de Jupp Heynckes no solo le pavimentaron el camino a su sucesor para obtener los dos únicos títulos internacionales que ha logrado con el Bayern, sino que se los dejaron servidos: La Supercopa UEFA y el Mundial de Clubes. Desde entonces en Múnich no han logrado acercarse lo suficiente a los trofeos europeos y del mundo como para aspirar a ellos con seriedad.

¿Y la promoción de talentos?

Otra expectativa que todavía no se cumple en Múnich es la de ver a Pep Guardiola descubriendo, impulsando y apoyando a promesas juveniles del fútbol alemán. El exitoso modelo de la cantera del Barcelona, que tan profundamente conoce el entrenador del Bayern Múnich, no encontró espacio en el club campeón de la Bundesliga.

Al revisar el trabajo de Pep Guardiola en este aspecto, la conclusión a la que se podría llegar es que la cantera bávara no cuenta con suficiente calidad. Solo así puede explicarse que el entrenador español no haya integrado en dos años y medio al frente del equipo a ningún futbolista juvenil formado por el club.

Año tras año sonaron nombres de jugadores a los que se probó pero no se apoyó dándoles continuidad. Ni los canteranos Gianluca Gaudino o Lucas Scholl, ni las adquisiciones juveniles Sinan Kurt o Joshua Kimmich (de ellos el que más ha jugado), han conseguido un puesto permanente en un Bayern para el que Guardiola ha preferido a futbolistas ya formados.

En vez de darles oportunidad a los jóvenes de acumular minutos y ganar confianza con el primer equipo, Guardiola ha optado por soluciones con mucho recorrido como Arturo Vidal, Xabi Alonso, o Douglas Costa.

Por eso, al entrenador del Bayern Múnich aún le quedan algunos meses para cumplir las expectativas de títulos internacionales, y de descubrimiento de talentos que le puedan ser útiles al futuro del fútbol alemán. Además, hasta ahora Guardiola no le ha entregado ningún jugador nuevo al equipo nacional, muy por el contrario, desde su llegada al Bayern el club ha reducido sus aportes a la selección campeona del mundo.

(Fuente: Daniel Martínez/Deutsche Welle )