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Centenares de carreras de remo protagonizaron el martes una de las jornadas más festivas de China con la celebración del Festival de los Barcos Dragón, en el que cada año miles de personas conmemoran la muerte hace dos milenios de un poeta que se rebeló contra los privilegios de la dinastía Zhou.

En Hong Kong, donde la celebración se convierte en una de las citas marítimas y callejeras más importantes del año, múltiples playas de toda su costa acogen durante todo el día las populares carreras a bordo de los tradicionales barcos de Dragón.

Se trata de competiciones a bordo de barcos tradicionales de madera de unos diez metros y adornados con cabezas y colas de dragón pintados que deben recorrer una distancia de unos 300 metros impulsados por la fuerza de los 22 remeros que llevan a bordo.

En muchos de ellos uno de los miembros de la tripulación es el encargado de golpear un tambor que viene a ser el “latido” del barco dragón y se encarga de fijar el ritmo de los remeros, que deben finalizar entre los tres mejores de los doce equipos que compiten cada ronda para optar a la siguiente eliminatoria.

En torno a 5.000 remeros repartidos en unos 200 equipos compiten en los siete torneos que se disputan hoy en esta isla del sur de China.

Entre ellos uno español, el Spanish Dragons, que estrena su tercera temporada en Hong Kong con sólidas ambiciones tras los éxitos cosechados durante la pretemporada del festival y que hoy aspira a posicionarse entre los mejores.

“Como nos ha ocurrido el año pasado, el objetivo que nos hemos fijado parece que va a superarse, pretendíamos estar entre los 20 mejores y nuestra aspiración hoy es posicionarnos entre los diez primeros”, dijo a Efe Iñigo Arrotegui, el capitán del conjunto español.

La impecable trayectoria del equipo ha llamado la atención de la Selección Española de Barco de Dragón, que contará en sus filas con miembros del equipo de Spanish Dragons para el campeonato mundial que se celebrará el próximo octubre en la provincia china de Yunnan.

Los disfraces, cánticos y celebraciones en la playa con la que hoy se conmemora el Festival de los Barcos de Dragón dista de mucho del tono con el de sus orígenes en el año 278 A.C., en la provincia china de Hunan.

Allí un poeta y luego héroe nacional Qu Yuan se suicidaba arrojándose al río Miluo atado a una piedra en protesta por los privilegios y traiciones de sus gobernantes durante la dinastía Zhou.

La leyenda cuenta que los habitantes del pueblo salieron con sus barcos, tocando los tambores para ahuyentar a los malos espíritus y arrojando bolas de arroz al río, hoy llamadas “zongzi”, para alimentar a los peces y evitar que se comieran el cuerpo del admirado poeta.

Desde entonces, el Festival de los Barcos Dragón, conocido como el Tuen Ng, en cantonés, o el Duanwu Jie, en mandarín, es celebrado por chinos en todo el mundo durante el quinto día del quinto mes del año lunar chino.

La tradición manda ir a nadar o al menos sumergir las manos en los ríos, lagos o en el mar.

Para quienes viven lejos del agua, la celebración gira en torno a la mesa, con la elaboración de las “zongzi”, las bolas de arroz glutinoso rellenas de carne o verduras y envueltas en hojas de bambú que se cocinan al vapor.

La celebración se convirtió en competición de regatas hace casi 40 años, en 1976, cuando los pescadores de Hong Kong participaron en una carrera internacional de barcos dragón en Shau Kei Wan, una villa costera al este de la isla hongkonesa.

La regata despertó el interés por la celebración y transformó lo que hasta ahora era un rito popular en una competición que ahora se celebra a nivel internacional y que desde 2009 forma parte de la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Unesco.

EFE