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Un gran número de transportistas venezolanos paralizaron el miércoles sus labores para exigirle al Gobierno un aumento en las tarifas y medidas contra la inseguridad.

El este de Caracas fue el lugar elegido para el plantón de las unidades de transporte. La protesta trajo consigo caos y congestión vehicular. Decenas de buses de servicio público se detuvieron frente a la sede del Ministerio de Transporte.

Hugo Ocando, vocero de los choferes, señaló al ministro Ricardo Molina de no querer recibirlos por razones de agenda.

“De aquí no nos movemos, si ellos son importantes, nosotros también”, indicó el portavoz, que agregó en diálogo con la prensa que más de 20.000 conductores de servicio público apoyan la medida de fuerza.

Los choferes exigen un incremento del costo del pasaje de 45 a 60 bolívares, pues aseguran que con lo que ganan no les alcanza para mantener sus vehículos ni sus familias.