Según este organismo, los menores y adolescentes viven en un entorno no apto y su derecho a protección o asistencia médica es inexistente. (Foto: Getty Images)

Según este organismo, los menores y adolescentes viven en un entorno no apto y su derecho a protección o asistencia médica es inexistente. (Foto: Getty Images)

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Los menores refugiados reciben en Alemania un trato discriminatorio dependiendo de su país de origen y las perspectivas de asilo y, en términos generales, todos ellos tienen un acceso limitado o nulo a asistencia médica y educación, denuncia el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En un informe difundido hoy, este organismo señala que los menores y adolescentes refugiados en Alemania viven por períodos cada vez más prolongados en un entorno no apto para niños y su derecho a protección, participación, asistencia médica y educación es durante meses restringido o incluso inexistente.

“Todos los niños tienen los mismos derechos, independientemente de dónde vengan, a qué comunidad pertenezcan y en qué situación administrativa de residencia se encuentren”, recuerda el secretario general de Unicef en Alemania, Christian Schneider, al aludir a la Convención de la ONU sobre los derechos del niño.

El tiempo que los menores deben permanecer con sus familias en centros de acogida provisionales se ha incrementado notablemente, de un máximo inicial de tres meses a hasta seis o más, lamenta Unicef.

Además de la ausencia total de intimidad y de ofertas estructuradas de juego y aprendizaje, así como de condiciones sanitarias y de asistencia médica – incluida la psicosocial – insuficientes, la permanencia en estos albergues precarios demora la integración de los menores en escuelas y parvularios.

Unicef expresa una especial preocupación en lo relativo a los centros de acogida creados para personas con escasas opciones de recibir asilo, donde las opciones de los niños de poder acceder a formación son todavía menores, aunque residan allí con frecuencia medio año o más antes de ser expulsados definitivamente del país.

El informe denuncia, además, que personas con necesidades especiales de protección como menores, mayores, discapacitados y embarazadas no son sistemáticamente identificadas, razón por la cual las medidas de apoyo, si es que se adoptan, dependen muchas veces del compromiso individual y son así una cuestión de suerte.

El documento revela, además, que en los procedimientos de solicitud de asilo, los intereses del menos no son tenidos suficientemente en cuenta y existen dificultades a la hora de determinar motivos específicos para la huida, como el reclutamiento forzoso, el trabajo infantil y los matrimonios de menores.

“Los menores refugiados frecuentemente tienen miedo y han vivido una violencia brutal. Necesitan una protección y una atención especiales”, subraya Schneider.

Por eso, Unicef exige que el bienestar de los niños sea el baremo de todas las decisiones que afectan a los menores refugiados.

Ya en 2014, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia había detectado un trato discriminatorio hacia los menores refugiados y déficits en la aplicación de sus derechos en Alemania, situación que se ha recrudecido con el gran incremento de solicitantes de asilo llegados al país en 2015 en la llamada crisis de los refugiados.

(Fuente: EFE)