El representante de la ONU Lakhdar Brahimi programó una nueva reunión para el 10 de febrero. (Foto: ONU)

El representante de la ONU Lakhdar Brahimi programó una nueva reunión para el 10 de febrero. (Foto: ONU)

Síguenos en Facebook



Representantes del gobierno de Bashar Al Assad y de la Coalición Nacional Siria parecen no llegar a un acuerdo en la mesa de negociación que se instaló hace una semana para encontrar una solución a la guerra civil que afecta su país.

Durante la sesión de hoy ambas partes se dirigieron duras palabras. El actual gobierno calificó a sus oponentes de “inmaduros”, mientras que la oposición opinó que el régimen no tiene intención de detener el baño de sangre que causa más de 100 mil muertes desde 2011.

La jornada de hoy plantó dudas sobre la continuación de las charlas. A pesar de la tensa situación, el enviado especial de la ONU Lakhdar Brahimi señaló que ambas partes encontraron “terreno en común” y programó más diálogos para el 10 de febrero, informó BBC News.

El Gobierno sirio todavía no confirma su asistencia a estos nuevos encuentros. El representante del Estado, el ministro de Relaciones Exteriores Walid Muallem, indicó que solo asistirán a otras charlas si su pueblo “lo demanda”.

Durante los encuentros, ambos lados aceptaron adherirse un documento llamado el comunicado de Ginebra 2012. Entre los pedidos del acuerdo está el constituir un gobierno de transición con todos los elementos del conflicto y enmendar la Constitución siria mediante una consulta pública nacional.

Sin embargo, la oposición pide comenzar las charlas discutiendo la imposición de un gobierno provisional, mientras que el régimen pide enfocarse en los ‘terroristas’, como llaman a muchos de sus contrincantes armados.

Los rivales también acordaron altos al fuego en algunas secciones para la llegada de ayuda humanitaria, necesitada por más de la mitad de los sirios. Esta medida se ha dado en algunas localidades, pero no en la ciudad a Homs, asediada por fuerzas gubernamentales desde hace 18 meses.

Otra preocupación es la falta de representación de algunos grupos de rebeldes en las negociaciones, entre ellos el islamista Frente al Nusra, el cual tiene vínculos con Al Qaeda.