(Foto: Cortesía Deutsche Welle)

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Con casi 600 muertos, Sierra Leona endurece la cuarentena. Los observadores creen que lo peor todavía está por llegar, indican reporteros de DW que visitaron el país.

El rostro de la mujer refleja miedo y dolor. Intenta correr dos metros y cae al suelo. Algunos le gritan: enfermeros, soldados policías. Un soldado dispara al aire. Tiene que volver, le ordenan los hombres. La mujer tiene el ébola y trató de escapar de la estación de aislamiento, donde estaba siendo tratada.

“Por el momento, aquí hay mucho caos porque abrimos hace poco”, aclara Bimba Idris minutos antes del suceso. Es el director del Hospital de la Policía y, aunque afirme que todo pronto funcionará con normalidad, la situación da cuenta de la desesperada lucha de Sierra Leona para controlar el virus

136 médicos para 6 millones de personas

Sierra Leona tuvo que aguantar muchos golpes en las últimas décadas. Por ejemplo, una guerra civil sangrienta y la epidemia de cólera. Con seis millones de habitantes, este pequeño país de África occidental es uno de los menos desarrollados del mundo. La tasa de mortalidad de las madres es, según la OMS, la más alta del mundo. Once mujeres mueren cada 1000 partos en un país donde solo hay 136 médicos.

En junio de este año se detectaron los primeros casos de ébola. Sin la reacción consecuente, el virus se expandió y a principios de julio alcanzó la capital Freetown. Entretanto, hay más de 1000 infectados y solo 323 camas aisladas. Según la OMS, se necesitan 500 más. Muchas de las víctimas mueren en casa, infectando a sus familiares.

Estaciones de aislamiento saturadas

Gunnar Urban, de la organización de ayuda Cap Anamur, intenta construir una unidad de aislamiento en la única clínica infantil del país. Ropa adecuada, explicaciones, rutas de evacuación… el médico alemán tienen que preocuparse de muchos detalles. El mínimo error puede infectar a otras personas y por eso le preocupa que se abran estaciones demasiado rápidamente por dictamen del Gobierno. Durante los trabajos de construcción, en pocos días se detectaron más de 60 contagios y aún falta material de protección para evitar que los trabajadores sigan infectándose.

En busca de apoyo

El Gobierno del presidente Ernest Bai Koroma dictó hace poco un toque de queda de tres días para controlar hogares y aislar los casos de ébola. Se diagnosticaron 130 casos y el jueves (25.09.2014), se declaró cuarentena en tres distritos más. En total, dos millones de personas con movilidad limitada: la tercera parte del país.

“Estamos ante un gran reto y necesitamos apoyo en todos los sentidos”, dice Ali Kamara, trabajador del Ministerio de Salud que acompaña al equipo que sepulta a los cadáveres en Freetown. Muchos voluntarios se apuntaron para ayudar contra el ébola. Pero a veces falta el equipamiento profesional de protección y la formación.

Cuando la paciente intentó escapar de la unidad de aislamiento, Kamara y su equipo estaban recogiendo pacientes en el hospital. A una distancia prudente, Kamara observaba como dos enfermeros equipados con uniformes de protección devolvían a la paciente a la unidad. Su cara muestra el cansancio. Trabaja a diario desde julio y, a pesar del trauma, está convencido de que en Sierra Leona aún no se perdió la lucha contra el virus.

(Fuente: Deutsche Welle )