Dos migrantes se abrazan mientras esperan a que autoridades procedan al desmantelamiento del campamento de Baobab, en el que permanecían alrededor de 200 migrantes, en Roma. (Foto referencial: EFE)

Dos migrantes se abrazan mientras esperan a que autoridades procedan al desmantelamiento del campamento de Baobab, en el que permanecían alrededor de 200 migrantes, en Roma. (Foto referencial: EFE)

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El Gobierno de la República Checa anunció hoy que no firmará el Pacto Mundial para la Migración de la ONU, que deberá ser suscrito en diciembre próximo en Marrakech (Marruecos) por unos 190 países.

La cadena pública de televisión CT24 explica que el Gobierno del primer ministro, el populista conservador Andrej Babis, asegura que no ve reflejadas sus reservas en el documento de Naciones Unidas, como la supuesta falta de distinción entre migración legal e ilegal.

El rechazo checo se une al del USA, Hungría y Austria, mientras que otros países, como Polonia, Australia y Bulgaria han anunciado también su intención de hacer lo mismo.

Migrantes cargan con sus pertenencias mientras abandonan el campamento de Baobab, instalado frente a la estación de Tiburtina, en Roma. (Foto referencial: EFE)
Migrantes cargan con sus pertenencias mientras abandonan el campamento de Baobab, instalado frente a la estación de Tiburtina, en Roma. (Foto referencial: EFE)

Las principales prioridades que quiso introducir la República Checa son la proclamada legalidad no vinculante y la soberanía del Estado para decidir quién y en qué condiciones permitir la entrada (de migrantes) en su territorio según el derecho nacional”, asegura un documento elaborado por el Ministerio checo de Exteriores.

Praga no ve en el pacto “un tratamiento distinto entre migración legal e ilegal”, así como una “confirmación de las obligaciones de los países de origen de recibir de vuelta a sus ciudadanos”.

Con este pacto global, negociada por unos 190 países, la ONU pretende subsanar la falta de una visión global sobre la migración, algo que ve necesario para dar soluciones a este fenómeno que va más allá de fronteras.

Hace unos días, el propio ministro de Exteriores checo, Tomás Petricek, reconoció que un rechazo al pacto podría acabar aislando al país en la comunidad internacional.

“Confío en que seremos capaces, y esto es una tarea del Gobierno, defender nuestra posición (contraria al pacto), de forma que nuestros socios extranjeros lo entiendan y que esta decisión no nos aisle, cuando el 90 % de los países aceptarán el documento”, señaló el ministro checo.

Fuente: EFE