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Veintiocho cuerpos calcinados recuperados en seis fosas halladas en Iguala, Guerrero, 200 kilómetros al sur de la capital, pudieran corresponder a parte de los 43 estudiantes desaparecidos desde hace más de una semana en México.

Los cuerpos, algunos completos y otros fragmentados, fueron incendiados antes de ser enterrados.

Iñaky Blanco, procurador de Justicia de Guerrero detalló que una de las 30 personas que habían sido detenidas por la represión de la manifestación estudiantil dijo a los investigadores que 17 de los estudiantes fueron llevados al lugar donde se encontraron las fosas y que allí los asesinaron. Entre los detenidos hay 22 policías locales.

Blanco agregó que los agentes admitieron haberse llevado a 17 normalistas, a quienes asesinaron en un cerro de Pueblo Viejo cercano a una fosa clandestina.

Adelantó que la identidad de los cadáveres será revelada en un periodo de entre 15 días a dos meses, tiempo que tardarán en realizarse las pruebas de ADN.

De acuerdo a las investigaciones, fue el director de seguridad pública municipal, Francisco Salgado Valladares, quien ordenó detener a los normalistas y la instrucción de llevárselos y matarlos la recibieron de un sujeto apodado “El Chucky”, líder de la banda criminal “Guerreros Unidos”.

Mientras los investigadores trabajaron en el lugar, unos 2.000 manifestantes bloquearon la mañana del domingo una carretera principal que comunica a Ciudad de México con la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo, para pedir justicia.

(Fuente: Voz de América )