(Video: CNN)

Síguenos en Facebook



La Guardia Nacional tuvo que ser movilizada en Atlanta para tratar de limpiar las carreteras, así como llevar agua y alimentos a los conductores atrapados desde el martes por una tormenta de nieve.

El alcalde de la novena ciudad más grande de Estados Unidos, Kasim Reed, dijo estar consciente del malestar de las personas y el sentimiento de frustración, pero argumentó que la culpa del estado de emergencia provocado fue de las escuelas, los dueños de negocios y el Gobierno, al decidir que todas las personas debían regresar a casa al mismo tiempo.

Cientos de estudiantes y maestros tuvieron que pasar la noche en los gimnasios de las escuelas, los conductores tuvieron que abandonar sus autos en la carretera y las autoridades no dieron abasto para solventar los problemas causados por una tormenta de nieve –ligera para los estándares de otras partes-, pero que provocó caos en el sur del país.

Ciudades sureñas como Atlanta y Birmingham quedaron paralizadas desde el martes por la tarde, sus carreteras totalmente impasables cuando la tormenta, que apenas dejó unos cuantos centímetros de nieve los tomó desprevenidos.

Una parte del problema fue la falta de equipo para tratar las carreteras, pero más que eso, fue su mala ubicación, en lugares donde no se necesitaban y que muchas escuelas y oficinas no suspendieron actividades y salieron todos a la misma vez cuando la tormenta ya estaba sobre ellos.

Como resultado, hubo cientos de choques de autos, la mayor parte golpes leves, pero también los hubo fatales. Enormes camiones bloquearon la carretera interestatal 65 en el centro de Alabama. Y el hielo obligó al cierre de puentes en la parte norte de Florida y el de Lake Pontchartrain, uno de los más grandes del mundo, en Luisiana.

Las autoridades dijeron unos 400 estudiantes todavía estaban atrapados en una escuela secundaria en el norte de Atlanta, pero ya no había estudiantes atrapados en buses en la carretera.

Algunos conductores recurrieron a las redes sociales para pedir ayuda, mientras otros abandonaron sus vehículos y caminaron para buscar refugio en iglesias y estaciones de bomberos.

Si hubo un aspecto positivo, fue que la nieve y el frío sacó el calor humano al estilo sureño, por el que muchos abrieron sus casas a extraños, voluntarios sirvieron café a rescatistas y rescatados, y los profesores organizaron bingos con sus estudiantes en las escuelas.

Fuente: Voz de América