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Estados Unidos condenó hoy el “inaceptable” asedio por parte de simpatizantes chavistas al Parlamento de Venezuela, que dejó al menos ocho legisladores opositores lesionados y algunos daños materiales.

En un comunicado, el Departamento de Estado instó al Gobierno de Nicolás Maduro a “proveer inmediata protección” a la Asamblea Nacional, en manos opositoras, a “llevar a los atacantes ante la Justicia” y a asegurar que los heridos “reciban atención médica”.

“Esta violencia, perpetrada durante la celebración de la independencia de Venezuela, es un asalto a los principios democráticos de los hombres y mujeres que lucharon por ella hace 206 años”, apuntó Estados Unidos.

Además, Washington, instó “a todas las partes en Venezuela a que se abstengan de la violencia”.

Finalmente, Estados Unidos “deploró” lo que considera un “creciente autoritarismo” del Gobierno de Maduro y lo invitó a “cumplir con los compromisos” adoptados en el proceso de diálogo con la oposición en el que media El Vaticano.

Washington insistió que Venezuela debe “celebrar elecciones libres, justas y creíbles de inmediato, respetar la Constitución y la Asamblea Nacional, liberar inmediata e incondicionalmente a todos los presos políticos y atender las necesidades humanitarias”.

Asimismo, también “deploró” la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente del 30 de julio, destinada, según Estados Unidos, “a socavar las instituciones democráticas de Venezuela”.

El Parlamento venezolano denunció que 120 trabajadores, 108 periodistas y 94 diputados opositores estuvieron hoy “secuestrados por grupos armados afectos al Gobierno” y que habían llegado al lugar por la mañana.

La oposición responsabilizó a Maduro del ataque y acusó al regimiento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que debía proteger el edificio de permitir el acceso de los manifestantes y actuar con pasividad ante ellos.

Venezuela vive desde hace meses un choque de poderes de Estado entre el Ejecutivo y el Legislativo.

EFE