La familia aumentó a razón de casi un hijo por año. (Facebook / Melissa Groves)

La familia aumentó a razón de casi un hijo por año. (Facebook / Melissa Groves)

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Ocho hermanos, hijos de una madre adicta a las drogas, viven juntos en un hogar estable, acogidos por una familia de Nebraska, Estados Unidos. Los Groves pasaron de criar una hija, por entonces niña, a velar por nueve chicos en casa.

Melissa y Scott Groves tenían problemas para concebir y en 2003 se enteraron de que la tía de ella adoptó a un bebé. La historia inspiró a la pareja.

Los primeros en llegar a su familia fueron Noé, de tres años, y Chase, de menos de dos años. Era el año 2004, cuando su única niña biológica, Autumn, les pedía tener un hermanito.

“No estábamos muy seguros de qué esperar, estaban asustados y no sabíamos qué esperarían tampoco. Fue una especie de ajuste perfecto. Aprendimos juntos. Capturaron a nuestros corazones. Después de no más de una semana o dos, que eran parte de la familia, yo no podía imaginar la vida sin ellos”, expresa el padre.

Luego recibieron llamadas de personas e instituciones que les contaron que los pequeños tenían hermanos. Así, llegaron Garrett, de ocho años, y Hayden, de siete, quien nació con labio leporino y necesitaba varias cirugías.

“Me preguntaron si podía hacerlo. Como para todo lo demás, oré y simplemente no pude decir que no. Cuando fuimos a buscarlo al hospital, lo colocaron en mis brazos y lo único que vi fueron sus grandes ojos marrones. Yo sabía que él presentía que iba a estar con nosotros”, relató la madre.

Al clan se sumaron Ashton, de seis años, Curran, de cinco, y Bryer, de dos. Cada vez que la progenitora daba a luz, acogían al bebé. “Realmente creía que tenían que estar juntos. Scott y yo nunca he tenido una conversación sobre eso. Acabábamos por decir que sí”, precisó la mamá adoptiva.

El caso más conmovedor es el de Zayn, de un año, quien nació prematuramente y con Síndrome de Down. “Zayn es una alegría completa. Él es feliz todo el tiempo y nos enseña la paciencia y el amor incondicional y ha cambiado nuestra familia para mejor”, exclama el papá.

Todos los niños fueron adoptados formalmente desde el sábado 22 en una ceremonia en el Palacio de Justicia en Omaha por el Día Nacional de la Adopción.

Scott es jefe de almacén y pasa el día en el trabajo. Melissa cumple la mayoría de labores en casa. Debido al cuidado especial que merecen algunos de los niños, reciben subsidios del Estado, con lo que pueden mantener la numerosa familia.