Estos menores necesitan atención urgente. (Foto: hdptcar/Flickr)

Estos menores necesitan atención urgente. (Foto: hdptcar/Flickr)

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Los menores que quedan huérfanos por el virus del ébola no solo enfrentan la tragedia de perder a uno o sus dos padres, sino que enfrentan el rechazo y miedo de su comunidad, quienes temen también quedar infectados por el peligroso virus que cobra más de 3 mil víctimas en África occidental.

Ese fue el alarmante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), organización que indicó que unos 3.700 niños en Guinea, Liberia y Sierra Leona, los tres países más afectados por la epidemia, necesitan ayuda pronta.

Niños de hasta 3 años son afectados por esta tragedia. Los menores, encontrados solos en los hospitales donde sus padres han muerto, o en sus comunidades, dependen de la muchas veces rara caridad de sus vecinos, quienes evitan tener contacto con ellos por temor a quedar infectados, indicó BBC News.

“Estos niños necesitan urgentemente de atención y apoyo especial; sin embargo muchos se sienten indeseables e incluso abandonados”, afirmó el director regional de Unicef para el oeste y centro de África, Manuel Fontaine.

A pesar de los intentos de controlar la epidemia, el ébola sigue causando estragos en las comunidades. Estimados temen que para noviembre el número de infectados por el virus, actualmente en los 6.300, se eleve a 20 mil. Ese mismo mes el número de huérfanos por la epidemia se duplicaría.

“El ébola está convirtiendo una reacción humana básica como confortar a un niño enfermo en una potencial sentencia de muerte”, lamentó Fontaine.

El virus, transmitido por fluidos corporales como la saliva, sangre, heces y vómitos, tienen una tasa de mortalidad de 70%, aunque otras variaciones llegan al 90%. Hasta el momento no hay una cura ni vacuna para prevenir este mal.