Donald Trump apela a un supuesto "americanismo". (Foto: EFE)

Donald Trump apela a un supuesto "americanismo". (Foto: EFE)

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El muro en la frontera con México, el control migratorio a musulmanes y el “americanismo” son las banderas que levantó Donald Trump en su discurso de aceptación de su candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos.

El magnate reivindicó sus propuestas xenófobas, racistas, discriminatorias y ultranacionalistas, que le valen el tibio apoyo de los líderes del Partido Republicano, en la clausura del cónclave en que fue designado oficialmente aspirante a la Casa Blanca, a poco más de un año del lanzamiento de su insólita campaña.

Vamos a construir un gran muro para poner fin a la inmigración ilegal, para poner fin a las pandillas y a la violencia, para impedir la entrada de droga”, subrayó Donald Trump al cierra de la reunión en Cleveland, Ohio.

Asimismo, planteó suspender inmediatamente la inmigración de todos los países afectados por el terrorismo yihadista, hasta que Estados Unidos posea “un sistema de escrutinio riguroso”.

Un dudosamente llamado “americanismo”, como “credo” ante la globalización, defendió el multimillonario, quien rechaza la apertura comercial porque considera que traslada empleos fuera de USA, en perjuicio de los estadounidenses.

“Poner a Estados Unidos primero. Americanismo, no el globalismo, será nuestro credo. Mi plan comenzará con seguridad en casa, lo que significa vecindarios seguros, fronteras seguras y protección del terrorismo. No puede haber prosperidad sin ley y orden. En el plano económico, aplicaré reformas para añadir millones de trabajos y billones en nueva riqueza que puede utilizarse para reconstruir Estados Unidos”, resumió.

Trump incidió en la necesidad de recuperar industrias que se han ido a otros países, renegociar tratados comerciales y enfrentarse a las políticas de negocios y cambiarias de China.

En cuanto a su rival demócrata, Hillary Clinton, opinó que dejó un legado de muerte, destrucción y debilidad, tras su paso por el Gobierno como secretaria de Estado.

“El legado de Hillary Clinton no tiene que ser el de Estados Unidos. Los problemas a los que nos enfrentamos ahora, pobreza, violencia en casa, muerte y destrucción en el extranjero, continuarán siempre que mantengamos las mismas políticas que los crearon”, acotó.