Donald Trumo ha alabado la independencia de sus futuros hombres de confianza. (Foto: EFE)

Donald Trumo ha alabado la independencia de sus futuros hombres de confianza. (Foto: EFE)

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Los pesos pesados del equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se han distanciado de las políticas y afirmaciones defendidas por el magnate durante sus audiencias de confirmación, a las que se han sometido esta semana ante los miembros del Senado para lograr su consentimiento.

Algunos de los elegidos por el multimillonario para ocupar los más altos cargos en el Gobierno estadounidense se desmarcaron de Trump desde el comienzo en los testimonios que han comenzado a ofrecer ante los legisladores, especialmente en lo respectivo a Rusia.

Los congresistas, tanto demócratas como republicanos, han expresado en numerosas ocasiones su preocupación por los vínculos y la simpatía manifestada por Donald Trump hacia el Kremlin, por no hablar de la presunta injerencia del Gobierno de Vladimir Putin en los resultados electorales de Estados Unidos a favor del magnate.

Así, el equipo elegido por el multimillonario ha optado por suavizar, e incluso contradecir a quien los ha nombrado para el cargo, para allanar su camino al Gobierno, que ahora depende del consentimiento de la Cámara Alta.

Sin ir más lejos, el empresario petrolero Rex Tillerson, nominado como próximo secretario de Estado y uno de los nombramientos que suscitan más dudas entre los congresistas, optó por una postura más dura que el presidente electo ante Rusia, al considerar que ese país “presenta un peligro” para Washington.

Tillerson, conocido por sus lazos con Putin, sorprendió durante su audiencia de confirmación en el Senado a quienes esperaban de él alabanzas para Moscú, sin embargo, optó por cambiar el tono y no calentar los ánimos entre unos senadores alarmados por la presunta interferencia rusa en los comicios estadounidenses.

“Aunque Rusia busca respeto y relevancia en el escenario mundial, sus recientes actividades no han respetado los intereses de Estados Unidos”, afirmó al inicio de una comparecencia de más de ocho horas en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. este miércoles.


LA SOMBRA DE RUSIA

En la misma línea declaró ante sus todavía colegas el congresista Mike Pompeo, a quien Donald Trump ha nominado para encabezar la Agencia de Nacional de Inteligencia (CIA), y quien no dudó en contradecir al magnate y decir que Rusia es una de las grandes “amenazas” a las que se enfrenta Estados Unidos.

Rusia se ha reafirmado agresivamente, invadiendo y ocupando Ucrania, intimidando a Europa y haciendo prácticamente nada para ayudar en la destrucción del Estado Islámico”, afirmó Pompeo en su audiencia de confirmación en el Comité de Inteligencia del Senado.

El legislador, que tendrá la difícil tarea de limar asperezas entre la Administración de Donald Trump y la inteligencia estadounidense, es mejor visto para el cargo que Tillerson, así como el nominado para dirigir el Pentágono, el general retirado James ‘Perro Loco’ Mattis, es mirado con mejores ojos en los pasillos del Capitolio.

En su audiencia de confirmación en el Senado, Mattis que es considerado tanto por demócratas como republicanos un militar de gran valía capaz de oponerse a Donald Trump si es necesario, se desmarcó en varias ocasiones de las ideas expuestas en el pasado por el presidente electo sobre seguridad y defensa, desde Rusia hasta la OTAN.

Pese a abogar por “ganar nuevos aliados” en todo el mundo, aseguró que la Rusia del presidente Vladimir Putin quiere “romper la Alianza Atlántica” de la OTAN, mientras que Washington necesita “gestionar” mejor la emergencia de China, para lo cual se debe poner el acento en la disuasión militar, pero también en el “diálogo”.

Sobre Putin, a quien Donald Trump ha halagado repetidas veces, fue bastante claro: “mi opinión es que Putin es un competidor estratégico y un adversario en áreas clave”.

El senador republicano Jeff Sessions, quien aguarda ser nombrado como futuro fiscal general de la nación, afirmó por ejemplo que no encausará a la exaspirante demócrata a la Presidencia Hillary Clinton, como Trump clamó durante la campaña llegando a decir que acabaría entre rejas.

A falta de que aún comparezcan otros nominados para grandes cargos, como Steven Mnuchin, quien opta a ser secretario del Tesoro y puede enfrentarse a duros cuestionamientos por su enriquecimiento a costa de desahucios durante la crisis, parece clara que la estrategia del gabinete de Donald Trump es que los senadores escuchen lo que quieren oír.


Él mismo no ha tenido reparo en reconocerlo a través de su cuenta de Twitter: “Todos mis nominados para el Gabinete se ven bien y están haciendo un gran trabajo. Quiero que sean ellos mismos y expresen sus propios pensamientos, no los míos!”, afirmó el magnate.

Fuente: EFE