(Foto: Morguefile)

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“Hoy estoy algo depresivo”: todos nos hemos sentido así. Ningún problema, si pasa rápido. No así en el caso de depresiones crónicas. Y estas siguen siendo un tema tabú.

Aun cuando mucha gente no lo quiera creer, la depresión es una seria enfermedad que debe ser tratada. Ciento veinte millones de personas sufren en el mundo de depresión. “En Europa, el 25 por ciento de la gente tienen síntomas de depresión y temores en algún momento a lo largo de un período de un año”, se dijo el miércoles (24.09.2014) en Berlín en una conferencia en los prolegómenos del Día Europeo de la Depresión, el 1 de octubre.

Una plomiza resistencia contra toda acción y pensamiento y la falta general de impulsos interiores son algunos de los signos de una depresión. A menudo se agregan insomnio, falta de apetito, pérdida de peso, desesperación, tendencia a sentimientos de culpa y hasta ideas de suicidio.

“Todos esos síntomas, o al menos dos, deben estar presentes ininterrumpidamente cuatro, cinco o seis semanas. En ese caso hablamos de depresión”, explica el profesor Dr. Ulrich Hegerl, presidente del directorio de la Asociación Alemana contra la Depresión (AAD). La AAD fue, junto con la “European Alliance Against Depression”, uno de los principales organizadores del “European Depression Day”.

Importantes: el entorno y la familia

El foco del Día Europeo de la Depresión estuvo puesto este año en el entorno y la familia del paciente. A menudo, efectivamente, no solo sufre el afectado: también la vida de sus familiares se transforma. Estos también necesitan apoyo y ayuda. Las personas depresivas no experimentan muchas veces ni alegría ni tristeza, sufren de “sentida insensibilidad”. Los pacientes son tratados por psicoterapeutas y psicólogos. También son empleados medicamentos, como diversos antidepresivos.

La familia debe ser incluida en el tratamiento, pues el entorno familiar y personal es importante para identificar posibles causas. A menudo existen indicios de una cierta predisposición, sobre todo en el caso de depresiones bipolares (maníaco-depresivas) o recurrentes. Eso solo puede ser determinado, sin embargo, si ayudan familiares o amigos. Esos deben primero aprender a confrontarse con la difícil situación. Muchas familias se desintegran antes.

“Menos del 50 por ciento de los afectados son tratados”

Las personas depresivas siguen siendo estigmatizadas, el tema es tabú. Por eso, muchos afectados no se animan a confiarse a alguien. Ello hace difícil realizar un diagnóstico temprano. Cuanto antes pueda el médico determinar de qué sufre el paciente, más rápido puede ayudar. “Menos del 50 por ciento de los afectados son realmente tratados”, estima el Prof. Dr. Detlef E. Dietrich. “Y de estos, a lo sumo la mitad son tratados suficientemente”, agrega.

Grupos de autoayuda pueden ser un valioso primer punto de contacto. Foros en Internet son también una posibilidad de intercambiar experiencias con otros y hablar sobre el tema tabú de la depresión.

(Fuente: Deutsche Welle )