(Foto: Wikimedia)

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El calor en verano no solo produce que tu perro sufra con las altas temperaturas sino que se convierte en el aliado perfecto para la llegada de peligros visitantes. Se trata de las pulgas y garrapatas, que en esta época del año, encuentran el momento propicio para hacer su aparición, provocando graves enfermedades en los animales, así como en sus dueños.

La pulga, además de las irritaciones por su picadura, es el parásito responsable de problemas como la dermatitis alérgica, zoonosis, anemia y problemas de salud. Las garrapatas, sin embargo, pueden transmitir enfermedades mortales para tu mascota.

Las garrapatas están en el campo o césped y saltan al perro hasta agarrarse de su pelo. Una vez en él, trepan hasta llegar a una zona donde se sienten cómodas, como es detrás de las orejas o dentro de ellas. También están en zonas donde hay pliegues de la piel porque se sienten en un lugar caliente y perfecto para alimentarse de su sangre.

ENLACE: CÓMO CUIDAR A TU PERRO DURANTE EL VERANO

Prevenir la aparición de pulgas y garrapatas en tu mascota es muy sencillo. Sigue estos prácticos consejos:

  • Es importante una higiene permanente. Baña a tu perro cada 15 días y realiza cepillados habituales a su pelaje.
  • Acude a la veterinaria para que le recomienden un buen antipulgas, ya sea en pipeta o spray. Además, es importante que esté desparasitada.
  • Revisa constantemente su pelaje para notar si hay presencia de estos parásitos o si es que tu perro se rasca con frecuencia. Dale una mirada también al cuello, parte interna de los muslos y almohadillas de sus patas.
  • Mantén limpia y desinfectada el área donde descansa tu mascota.
  • Lava con frecuencia la cama de tu perro. Además, pasa regularmente la aspiradora por las alfombras, debajo de los sillones y muebles del hogar.
  • Si encuentras una garrapata en tu mascota, no es conveniente arrancarla ya que de esa forma lo único que se logra es eliminar sólo una parte del cuerpo, quedando todavía el resto del parásito adherido al perro. Esto puede provocar infecciones. Especialistas recomiendan retirarla con aceite y mucho cuidado o utilizar un insecticida para mascotas. Si no estás seguro de haberla quitado del cuerpo del perro por completo, acude al veterinario.