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LA TORRE DE DAVID.- El rascielos se levantó entre 1990 y 1994 para ser un activo y deslumbrante complejo residencial, comercial y financiero de Venezuela. Los trabajos se detuvieron por una crisis bancaria y desde entonces el gigante, de pie, fue olvidado.

Las cerca de 300 familias que ocupan los 13 primeros pisos pagan 250 bolívares (un euro) al mes a una cooperativa para tener acceso a agua, electricidad, limpieza de los espacios comunes e incluso seguridad.

En 2014 se inició el proceso de desalojo en coordinación con los residentes. De las 4.000 personas que llegaron a habitar la Torre de David en la actualidad tan solo quedan unas 1.000. La gestión de Nicolás Maduro tiene que decidir el futuro de la monumental edificación.