(Foto: Wikimedia)

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Ciento cincuenta países han presentado en Rabat, en un foro coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sus compromisos medioambientales de cara a la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático (COP21) de París del próximo diciembre.

En declaraciones a Efe, el subsecretario general del PNUD, el español Magdy Martínez-Solimán, dijo que los planes de los países – presentados entre ayer y hoy – deben ser realistas, homogéneos y cuantificables y poder incorporarse de inmediato a las iniciativas de desarrollo.

Así, los Estados tienen que formular compromisos cuantificables sobre promoción de energías renovables, el fomento del transporte público en lugar del automóvil privado, la regulación de pesticidas y fertilizantes y una adecuada planificación urbana, a fin de “descarbonizar la economía”, según Martínez-Solimán.

El PNUD, explicó, ha prestado asistencia técnica a cuarenta países para redactar sus planes y la Unión Europea ha hecho lo mismo con un número similar de Estados, hasta llegar a un compromiso total “algo superior a los dos grados” de elevación de la temperatura global, mientras las esperanzas en París están en cerrarlo en sólo dos.

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LAS DIFICULTADES PARA CONSEGUIR ACUERDO POR CAMBIO CLIMÁTICO

El responsable del PNUD resaltó las numerosas trabas a las que se enfrentan las medidas tendentes a la reducción de gases de efecto invernadero.

Los grupos de presión pueden ser de países, como los petroleros, o de empresas que se dedican a la industria automotriz o la agricultura extensiva y no ven con buenos ojos medidas que coartarán su expansión.

En este sentido, puso como ejemplos a seguir el caso de Noruega y el de Catar en menor medida, países que han comprendido que la dependencia petrolera es un camino de corto recorrido y buscan potenciar las energías renovables.

EEUU Y CHINA ANTE CAMBIO CLIMÁTICO

Respecto a Estados Unidos y China, principales economías emisoras de gases de efecto invernadero y hasta ahora reticentes a medidas correctoras, Martínez-Solimán se mostró convencido de la actitud “constructiva” de ambos países, debido sobre todo a unas opiniones públicas concienciadas sobre el cambio climático y que presionan a sus gobiernos.

A su juicio, más problemática será la postura de Estados emergentes como México, Nigeria, Egipto o la India, donde las necesidades más acuciantes, como crear empleo, desarrollar la industria y alimentar a la población, convierten en casi obligatorio el gasto en energías fósiles, hoy por hoy las más baratas.

Estos países no son en principio contrarios a las renovables, pero se enfrentan con un problema mayor: la carencia de la tecnología necesaria para producir energías limpias (solar y eólica, sobre todo) y poder así hacer la transición hacia las “energías verdes”.

Por ello, señaló el dirigente del PNUD, uno de los grandes temas a tratar en París será la financiación, garantizar que los países emergentes disponen de líneas de financiación para acceder a la deseada “transferencia tecnológica”.

“Si entendemos y practicamos la solidaridad internacional en ámbitos sociales, es lógico que pensemos que también la tecnología es un vector de ayuda al desarrollo”, indicó Martínez-Solimán, quien instó a la generosidad de los países ricos, que son los que producen tecnología para las renovables.

Ayer mismo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó en La Paz que la tecnología y el conocimiento para luchar contra el cambio climático sean declarados “bienes públicos globales”, a fin de que “se garantice su libre acceso” a todos los países.

Fuente: EFE


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