El actual presidente de Austria, Heinz Fischer. (Foto: EFE)

El actual presidente de Austria, Heinz Fischer. (Foto: EFE)

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Austria celebra este domingo la primera vuelta de sus elecciones presidenciales más inciertas desde la II Guerra Mundial, en la que ninguno de los tres candidatos con opciones de pasar a la decisiva ronda del 22 de mayo pertenece a los partidos mayoritarios.

La presidencia austríaca es más bien un cargo protocolario, de representación exterior, aunque también tiene algunos poderes importantes, como encargar la formación de Gobierno, aceptar o no la lista de ministros o incluso disolver el Parlamento.

El actual presidente, el socialdemócrata Heinz Fischer, abandona el cargo a comienzos de julio, después de agotar el máximo legal de dos mandatos de seis años.

Según las últimas encuestas, sólo tres de los seis candidatos tienen posibilidades de pasar a la segunda vuelta, que se celebrará con casi total seguridad el 22 de mayo.

Unos 6,4 millones de ciudadanos con derecho a voto están llamados a las urnas el domingo y las encuestas auguran una participación algo superior al 70 por ciento.

El favorito, por el momento, es Alexander Van der Bellen, líder entre 1997 y 2008 del partido ecologista y progresista “Los Verdes”, quien podría llegar hasta el 25 por ciento de los votos.

Le siguen el candidato del ultranacionalista y euroescéptico FPÖ, Norbert Hofer, con hasta el 24 por ciento, y la independiente Irmgard Griss, expresidenta del Tribunal Constitucional, con el 22.

Los sondeos dan ya por totalmente descolgados a los candidatos de los dos partidos que han dominado la política austríaca en las últimas siete décadas y que actualmente forma la gran coalición de Gobierno, el Partido Socialdemócrata y el Partido Popular.

Las encuestas sitúan al socialdemócrata Rudolf Hundstofer, ministro de Asuntos Sociales hasta el momento de su candidatura, en el 15 por ciento, mientras que el democristiano Andreas Khol, un veterano político de 74 años que fue presidente del Parlamento, está en el 11 por ciento.

El sexto candidato es el extravagante constructor Richard Lugner, quien podría obtener hasta un 3 por ciento de los votos.

Lugner, de 83 años, es conocido en Austria y Alemania por su programa de telerrealidad, por sus cinco matrimonios y sus numerosas relaciones, muchas con chicas muchas más jóvenes, y por su costumbre de pagar a conocidos rostros del mundo del espectáculo para que le acompañen al Baile de la Ópera de Viena.

Las elecciones presidenciales se celebran en medio de la crisis de los refugiados en Europa, que tuvo a la república alpina en los pasados meses como uno de sus grandes protagonistas debido a su situación geográfica, justo al final de la llamada “ruta balcánica”.

Por eso, la campaña electoral ha estado marcada por la ola migratoria, que ha traído a este país de 8,5 millones de habitantes unos 100.000 refugiados, sobre todo de Siria, Afganistán e Irak.

A diferencia de los candidatos de los partidos gobernantes y de la independiente Griss, Van der Bellen rechaza la decisión del Ejecutivo de establecer un tope al número de peticiones de asilo que Austria aceptará este año, ya que considera que puede violar la Constitución.

También rechaza ese tope el ultranacionalista Hofer, pero por motivos distintos: considera que es sólo un “placebo” para tranquilizar a la población.

Estos comicios podrían afectar a la estabilidad de la actual coalición de Gobierno, debido al esperado fracaso de los dos candidatos oficialistas.

Mientras, un éxito electoral de Hofer, al menos en la primera ronda, confirmaría las encuestas que colocan a los ultraderechistas del FPÖ como principal fuerza política del país, con el 32 por ciento de intención de voto, diez puntos por delante de socialdemócratas y democristianos.

En caso de que Hofer logre pasar a la ronda final se podría producir algo similar a lo sucedido en las presidenciales francesas de 2002, cuando el conservador Jacques Chirac logró un rotundo triunfo y concentró el apoyo de votantes de derecha e izquierda para evitar que ganara el derechista y xenófobo Jean-Marie Le Pen.

De hecho, aparte de tener el apoyo mayoritario de quienes habitualmente votan por Los Verdes, Van der Bellen puntúa bien entre los seguidores de otras formaciones.

Así, un 24 por ciento de quienes dicen votan socialista y un 11 por ciento de quienes apoyan a los conservadores, ven a este veterano político de 72 años y antiguo catedrático de Economía como su candidato a presidente del país.

(Fuente: EFE)

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