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Los talibanes tomaron hoy la mayor parte de la estratégica Kunduz (noroeste de Afganistán), la primera ciudad que logran conquistar desde la caída de su régimen en 2001.

Los atacantes lanzaron una ofensiva en tres direcciones hacia las 03.00 hora local (23.00 GMT del domingo) en la capital de la provincia de Kunduz, en el noreste de Afganistán, que causó, según el último balance oficial, 35 muertos (25 de ellos talibanes) y 54 heridos.

Los insurgentes lograron controlar en horas de la tarde la mayor parte de la ciudad, la primera capital de provincia de la que las fuerzas de seguridad pierden el control desde el derrocamiento del régimen talibán hace catorce años con la intervención internacional liderada por Estados Unidos.

“Estamos reunidos alrededor del aeropuerto en la zona de Dawra donde todavía se desarrolla un intenso combate”, dijo a Efe el portavoz provincial de la Policía, Sayd Sarwar Hussaini, al narrar que las fuerzas de seguridad aguardan refuerzos para lanzar un contraataque.

La mayoría del personal de organizaciones internacionales y no gubernamentales en esta ciudad ha sido evacuado, incluida la misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), según confirmó a Efe su portavoz, Dominic Medley.

“La ciudad ha caído ante los talibanes y solo en unas pocas zonas remotas las fuerzas de seguridad están todavía luchando”, manifestó a Efe Abdul Hadood Payman, parlamentario por Kunduz.

El político relató que “la situación es peligrosa y la gente está atrapada en sus casas, incapaz de huir por el miedo en las zonas bajo control talibán, mientras que en las que están aún bajo control gubernamental la gente huye de la ciudad”.

Un habitante de Kunduz, Ibrahim Ahmadi, relató a Efe que la capital provincial se encuentra en su mayor parte sin suministro energético ni telecomunicaciones y que los insurgentes entraron en viviendas en las que destruyeron televisiones y reproductores musicales.

Una fuente del Ministerio de Interior indicó a Efe en condición de anonimato que alrededor de 600 reclusos de la prisión de Kunduz, incluidos presos talibanes, fueron liberados.

El Gobierno afgano anunció un despliegue de tropas terrestres con apoyo de la fuerza aérea para recuperar la ciudad.

El portavoz del Ministerio del Interior afgano, Sediq Sediqi, manifestó en conferencia de prensa en Kabul que el Gobierno espera “despejar” Kunduz de insurgentes en las próximas 24 horas.

La fuente informó de que 25 talibanes y dos miembros de las fuerzas de seguridad murieron, al igual que cuatro civiles, y otro medio centenar de personas resultaron heridas en ataques de mortero.

Un portavoz de las fuerzas de seguridad afganas que pidió el anonimato dijo a Efe que al menos seis integrantes de los cuerpos de seguridad murieron y que también hubo víctimas civiles.

Amnistía Internacional reclamó en un comunicado que tanto los insurgentes como las fuerzas afganas respeten las leyes internacionales para evitar víctimas civiles.

El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, indicó en Twitter que los atacantes tomaron varias partes de la ciudad y solicitó a la población que permaneciera en sus casas mientras duraba el ataque.

Los insurgentes difundieron en redes sociales imágenes de los atacantes en calles de la ciudad y en edificios públicos ocupados, como un hospital y oficinas gubernamentales.

Kunduz ya había sido atacada en abril, cuando los insurgentes habían llegado a controlar un área, pero el asalto de hoy no tiene precedentes.

La ofensiva se produce un día antes del primer aniversario en el poder del Gobierno de unidad presidido por Ashraf Gani, quien en su campaña electoral prometió mejorar la seguridad en el país asiático tras décadas de guerra.

También se produce una semana después de que el nuevo líder de los talibanes, el mulá Mansur, lanzara un mensaje conciliador abogando por el diálogo intra-afgano sin presencia extranjera, casi dos meses después de que se suspendieran las conversaciones entre insurgentes y Gobierno.

Ese diálogo comenzó en Pakistán a principios de julio y quedó suspendido cuando estaba a punto de celebrarse la segunda ronda, al final de ese mismo mes, por el anuncio de la muerte del fundador y líder talibán, mulá Omar.

La OTAN mantiene unos 4.000 militares en Afganistán en la misión de asistencia y capacitación “Apoyo Decidido”, mientras que Estados Unidos lleva a cabo una operación de combate o “antiterrorista” que incluye 9.800 militares que permanecerán en principio hasta final de año.

(Fuente: EFE)


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