(Foto: Captura YouTube)

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Decenas de personas llegaron hasta el acuario de Miami para pedir la liberación de la orca Lolita, un animal de 6,1 metros de largo y que es considerada una de las principales atracciones del lugar.

Ella lleva más de cuatro décadas viviendo en un estanque de agua de este recinto, desde que fue capturada en 1970 en la región de Puget Sound, en el estado de Washington, dentro de un grupo de siete orcas asesinas que fueron vendidas a empresas dedicadas a las atracciones marinas.

Los protestantes pidieron que Lolita sea incluida por las autoridades federales en la lista de animales protegidos y devuelta a un entorno natural junto a su familia, pues se ha descubierto que aún navegan por aguas de las islas San Juan, en el estado de Washington.

“Las condiciones son de inevitable humillación”, señaló el fundador de la organización Orca Network, Howard Garret, al medio NBC, al referirse a las dimensiones del estanque al que fue transferida la ballena y en el que vive actualmente: 24,4 metros de largo y 18,3 metros de ancho.

A su llegada al parque de atracciones, Lolita, cuyo nombre original es Tokitae, se unió a Hugo, otra orca que residía en ese mismo estanque de 6 metros de profundidad y que falleció en 1980 tras embestir su cabeza repetidamente contra las paredes del embalse.

A partir de esa fecha, la ballena se ha mantenido acompañada de un grupo de delfines, con quienes realiza su espectáculo en el acuario.

La organización Personas a favor del Trato Ético a los Animales (PETA, en inglés), junto a otros grupos por los derechos de los animales, mantienen desde hace algunos años una batalla legal para que el Servicio Nacional de Pesca Marina de EE.UU. incluya a Lolita entre los animales protegidos en el marco de la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA, en inglés) de Estados Unidos.

La Administración de Océanos y Atmósfera (NOAA, en inglés) tiene previsto decidir a fines de enero si incluye a este mamífero acuático en una lista de ballenas asesinas protegidas dentro de la Ley ESA, una medida que cuenta con gran apoyo público.

Robert Rose, el curador de atracciones animales del parque de Miami, señaló que Lolita “no está a la venta y que no será puesta en libertad”, dado que el animal no sobreviviría en la naturaleza salvaje, según declaró al periódico The Miami Herald.