Brasil: Policía militar patrulla Complexo da Mare, una de las favelas más grandes de Río de Janeiro. (Foto: Getty Images) | Referencial

Brasil: Policía militar patrulla Complexo da Mare, una de las favelas más grandes de Río de Janeiro. (Foto: Getty Images) | Referencial

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El 81% de la brasileños considera que el color de piel es un factor determinante para la Policía de Brasil a la hora de decidir si lleva a cabo una intervención a un ciudadano, según un estudio de Oxfam Brasil divulgado este lunes.

La encuesta titulada Nosotros y las desigualdades, realizada por la ONG en colaboración con la firma Datafolha, también reveló que el 71% de los brasileños piensa que la justicia es más dura con las personas negras.

Respecto al ámbito laboral, el 72% de los entrevistados reconoció que, en Brasil, el color de la piel influye a las empresas a la hora de la contratación y un 52% afirmó que las personas negras tienen sueldos más bajos por una cuestión racial.

Esta investigación es la segunda parte de otra ya realizada en 2017 y se sirvió de 2,086 entrevistas hechas por todo el territorio nacional el pasado mes de febrero.

Una de las principales conclusiones del informe, según la ONG, es que la sociedad del gigante suramericano “percibe los problemas de distribución de la renta en el país, pero no comprende el tamaño real de las desigualdades”.

En esta línea, el estudio reveló que el 85% de la sociedad cree pertenecer a la mitad más pobre, aunque el 70% del total también manifestó creer que de aquí a cinco años estarán en la clase alta o media.

Más allá del grupo en el que se enmarcan, el 86% está de acuerdo con que “el progreso de Brasil está directamente relacionado con la reducción de la desigualdad económica entre ricos y pobres”.

Las entrevistas también abordaron las prioridades que los brasileños consideran más fundamentales para “tener una vida mejor”, entre las que destacó en primer lugar la “fe religiosa”, por delante de la educación (la segunda más respondida como primera opción) y el acceso a la salud (la tercera más priorizada).

En cuestiones de género, el 64% de los participantes opinaron que ser mujer en Brasil impacta en el salario recibido, lo que supone un 7% más que lo manifestado sobre la misma cuestión en 2017.

Otro de los asuntos tratados en la investigación es la opinión de los brasileños sobre el pago de impuestos, los cuales “deben beneficiar a los más pobres” en opinión del 94% de la población.

Además, el 77% cree que los impuestos a las personas “muy ricas” deben aumentar para financiar políticas sociales.

Con relación al Gobierno, el 84% de los brasileños expresó estar de acuerdo con que es obligación del Ejecutivo disminuir la diferencia entre ricos y pobres, un 5% más que en 2017.

En esta línea, los brasileños también expresaron que, a la hora de reducir las desigualdades, “el combate a la corrupción” debe ser la prioridad del Gobierno, por encima de otras como “la inversión pública en salud”, “el aumento de la oferta de empleo” o “la inversión en educación”.

Precisamente, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ganó las elecciones el pasado mes de octubre a pesar de haber sembrado diversas polémicas durante su etapa como diputado y su campaña para las elecciones de 2018 con declaraciones homófobas, xenófobas y machistas, tras presentarse como baluarte del combate a la corrupción y de la mejora económica.

Según expresó a través de un comunicado el presidente del Consejo Deliberativo de Oxfam Brasil, Oded Grajew, existe “un desajuste entre las percepciones de la sociedad sobre las desigualdades y la agenda política del país”.

La directora ejecutiva de la ONG, Katia Maia, también sostuvo que el país sólo avanzará en el combate a la desigualdad cuando algunos temas como “racismo”, “discriminación de género” o “asesinatos de jóvenes en la periferia” tengan “la misma urgencia que los temas económicos y fiscales”.

Fuente: EFE